La vida dolça

  Para mí, que llevaba una vida alejada del casco antiguo de Palma, el Forn de Ca’n Miquel de Sa Pelletería fue todo un descubrimiento. De hecho creo que conocí a su propietario, Miquel Pujol, un tiempo antes, durante un evento en el que él aportó una coca de cebolla con pasas y piñones. No…