Hoy no tengo ganas de echar el sermón (raro, ¿verdad?), simplemente quiero invitaros –a los que no lo hacéis- a dar un paseo por vuestro mercado más cercano y, si no podéis, por la frutería del barrio. Admirar el color de las hortalizas y aspirar el aroma de las frutas ¡sí, las frutas…