Un día de playa

 

 

Mis días playeros nunca han incluido chiringuitos, es más, para mí, una playa sin ellos es un valor añadido, porque es sinónimo de la tranquilidad y «virginidad» que se pierden con la música de fondo y la alineación de hamacas y sombrillas.
Por ello mismo, también implican cargar con una neverita y un buen bocadillo de tortilla de patata o un trampó, la patatilla -patatas chips- y unas buenas aceitunas rellenas.
El sabor auténtico del verano llega, recién salida del agua, cuando las gotas de agua salada caen por mi cara hasta humedecer en el bocadillo mientras lo muerdo.

 

Pues bien, para romper con la tradición, hace unas semanas además de disfrutar de una cala tranquila, donde el mar huele a mar y uno puede palpar sus ciclos en forma de un mullido colchón de poseidónia, dejamos las toallas y subimos a comer a Can Toni Moreno (Port d’Es Canonge, Mallorca).
Íbamos con disposición a tomarnos un arroz caldoso de barca, de entrada nos dejamos asesorar por el propietario, Pep Ferragut, y pedimos un pulpo «a la antigua». Para beber un vino de Banyalbufar, Fusió de Blancs de las bodegas Son Vives (chardonnay y malvasía).
El pulpo superó con creces nuestras expectativas, primero cocido, luego con rebozado ligero y una fina picada de perejil y aceite de oliva.

 

Cuando llegó nuestro arroz, a la mesa de al lado -una familia de 5 mujeres y un padre- llegaron 3 platos de patatas fritas, una tortilla francesa y un escalope que se repartieron salomónicamente (no viene a cuento, pero me llamó la atención)

 

El arroz estaba bien, aunque una, cuando pide un arroz de barca, espera algo… como decirlo… menos «apaellado». En el arroz no faltaban puntas de pulpo, almejas y gambas, pero sí que se echaban de menos esas mollas de pescado de roca, alguna pata de cangrejo peludo… todo lo que uno se imagina que podría emplear el pescador para hacerse su arrocito tras la faena.
Aunque, una se pone a pensar y llega a la conclusión que eso que espera una es probable que a la gran mayoría le desagrade…
De postre una tarta de chocolate 100% indicada para chocohólicos acompañado por el estupendo Veritas Dolç de las bodegas J.L. Ferrer con que nos obsequió Pep Ferragut.

Pulpo «a la antigua»
Arroz caldoso de barca
Tarta de chocolate//Sorbete de Frambuesa
1 botella de Fusió de Blancs
1 caña//1 refresco
62 euros

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