Mi relación con la fruta no es buena, lo cual no evita que en verano me den arranques y, en la frutería, cargue la cesta con sandía, melón, algún melocotón y alguna perita de San Juan -mi última decepción que acabó en el cubo de la materia orgánica-.

Pues bien, ante la premura de consumir medio melón que amenazaba acabar como las peritas, decidí hacer un gazpacho de melón y albahaca que, finalmente -y acertadamente-, decidí acompañar con unos chips de salmón ahumado. Un elemento extremadamente salado que vino a compensar otro extremadamente dulce.
Un plato rápido y fácil de elaborar e ideal para completar un menú a base de ensalada.

Para 2 personas

500g de melón (ya sin la piel ni las semillas)
6 hojas de albahaca (de hoja grande)
½ cucharadita de sal
1 cucharadita de aceite de oliva virgen
4 lonchas de salmón ahumado

Poner sobre una bandeja de horno un papel de horno y colocar las lonchas de salmón (enteras, cortadas a tiritas o incluso enhebradas en un pincho) tapar con otra hoja de papel presionando para que quede adherida al pescado. Meter en el horno 45 minutos a 150º (o hasta que quede crujiente)

Cortar a cubos el melón y lavar bien las hojas de albahaca. Poner en marcha a máxima velocidad la batidora de vaso, tirar las hojas de albahaca y, a continuación ir añadiendo los cubos de melón. Cuando esté batida la fruta, añadir la sal y el aceite, continuar batiendo durante 2 minutos.
Enfriar el gazpacho en la nevera (si teníamos el melón en la nevera, estará listo para consumir) y servir bien frío junto con los chips de salmón.
Los chips se pueden comer a bocaditos entre cuchara y cuchara del gazpacho o bien desmenuzarlo en el plato, pues se mantiene crujiente un tiempo razonable y le da el punto de sazón al dulce melón.