Lo mío con las fresas responde al síndrome del que come con los ojos. Su color y aspecto me atraen, me invita a pegarles un mordisco, mordisco que imagino jugoso en los labios y tremendamente dulce… pero nunca ha sido así.
Su punto de acidez y la textura de las semillitas al morder hacen que me resulte desagradable, así que sólo las tolero aliñadas con una buena dosis de azúcar, zumo de naranja y disfrazadas con nata.
Y si me gustan los fresones con nata ¿por qué no unos muffins de fresones con nata?
El resultado de esta idea fue más que gratificante, ya que estos muffins (no las llamo magdalenas porque, entre otras cosas, no tienen pancita) son muy aéreos, se deshacen en la boca y en ellos se distingue perfectamente tanto la nata como el fresón.
Espero que los disfrutéis y sorprendáis tanto como lo hice yo.
105g de harina
60g de azúcar
½ cucharadita de extracto de vainilla
1 huevo mediano
130g de fresones
7 cucharadas de nata líquida
70g de mantequilla a temperatura ambiente
1 Gasificante para repostería (el sobre blanco y el morado)
Batimos la mantequilla con el azucar hasta formar una pomada. Agregamos la esencia de vainilla y el huevo y emulsionamos bien con las varillas. Agregamos la nata y mezclamos bien.
Lavamos los fresones y les quitamos el rabito. Las cortamos a cubitos.
Mezclamos la harina con la levadura vamos agregando a la pomada poco a poco mientras removemos. Y, por último añadir los fresones.
Repartimos la masa en las cápsulas hasta llenar ¾ de la capacidad.
Horneamos durante 20 minutos. Al sacar los muffins del horno, los retiramos de los moldes y enfriamos sobre una rejilla.
Muy buena pinta tiene lo que elaboras. felicidades por tu blog del que seré un fans mas. Saludos desde Conil ( cadiz) . ve mi blog