En Sineu (Mallorca), es costumbre comer caracoles el día 25 de abril, San Marcos.
Probablemente sea porque es un mes especialmente lluvioso y hay en abundancia, pero la tradición dice que quien los come se protege de padecer ictus, embolias, gota…
Así que a los que le gustan ¿por qué no? y el resto, pues hacen el esfuerzo y se comen al menos tres, por si las moscas.
Ayer tuve la oportunidad de cumplir con la tradición por primera vez. No fue en Sineu, pero sí en casa de un sineuer, Kiko Fuster, propietario del restaurante Can Verdera Nou.
En su carta de comida típica mallorquina nunca faltan, pero los que sirve el día de Sant Marc los prepara según la receta de Sineu, en la que priman las hierbas aromáticas y la guindilla, quedando la carne y el poco de panceta en un tercer plano.
El resultado son unos caracoles ligeros, para nada grasientos que invitan a cumplir el ritual de escaldar un poco de pan con el caldo antes de ponerse manos a la obra para sacar a los pequeños cuernudos de su cáscara para luego bañarlos en un alioli de los que peina hasta a un calvo.
No sé si habremos prevenido nada, pero lo que si es seguro, es que me he chupado los dedos.
no me gustan los caracoles prefiero comer otra cosa me dan asco.