Calabacines rellenos de trampó

 

A veces me pregunto si son necesarios tantos útiles de cocina. Me encantan los cubiertos de madera, las lenguas de silicona, y no me creo que alguien pueda freír cómodamente unos buenos huevos fritos sin una buena espumadera –de inox, por favor-. El armario de los moldes no da para más, igual que el cajón que alberga las boquillas de la manga pastelera, los pinchitos, el soplete…

Los problemas de espacio hacen que haya poco margen para los caprichos y “amores a primera vista”: sólo lo que realmente vaya a utilizar, por lo que me he vuelto muy reflexiva y responsable en mis compras. Pero hoy -¡quién me lo iba a decir!-, después de pelearme con la pulpa de unos calabacines que se resistía a abandonar su piel, me he encontrado preguntándome por qué narices no tengo ese chisme con el que se hacen las bolitas del melón. De hecho, y por si acaso, he pegado un vistazo rápido por si se me había olvidado que tenía uno. Al final, con más tiento del que esperaba invertir, y con ayuda de un cuchillo he conseguido vaciar los 6 tubos de calabacín. Supongo que no lo echaré en falta hasta que quiera hacer bolitas…

Para 2 personas
2 calabacines poco curvados
90g de tomate

15g de pimiento verde
20g de cebolla
Sal
Aceite de oliva virgen
Vinagre balsámico de Módena

Cortamos en tres trozos cada calabacín, intentando que queden los cortes rectos. Los salamos por ambas caras y los dejamos sobre un colador, para que expulsen el agüilla amarga. Los enjuagamos y los colocamos de pie en la cesta para hervir al vapor (también sirve un colador) y, sin que traspase el agua, hervimos unos 15 minutos aproximadamente –han de quedar tiernos, pero tersos-. Dejamos enfriar.
Lavamos bien las hortalizas y las cortamos a daditos pequeñitos. Ponemos la cebolla ya cortada en remojo para que pierda “su fuerza”.
Con cuidado –y paciencia- vaciamos cada trozo de calabacín de su pulpa, dejando una base de 1 cm por lo menos y sin apurar demasiado las paredes.
Para evitar el exceso de agua, escurrimos bien la pulpa del calabacín –la forma más práctica es estrujar con ambas manos- y la picamos con el cuchillo. Mezclamos en un bol con el tomate y el pimiento. Enjuagamos y escurrimos bien la cebolla y la agregamos al resto de verdura picada.
Aliñamos con aceite, vinagre y sal. Rellenamos cada tubo y listo para comer.

 

Aunque he ajustado los ingredientes, ha sobrado un culín de relleno. Estad atentos, seguro que os lo encontrais en algún post futuro.

2 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Sara dice:

    Ahora que en casa se nos empiezan a dar los calabacines, ten por seguro que la probaré. Tiene muy muy buena pinta, y no parece difícil. Ya te contaré!PD: en mi primer comentario en el blog, he de decirte que el "panecillo" estaba tremebundo!!! quiero esa receta ya!!!!!!!!

  2. Lydia dice:

    Fácil es poco, es sencilísimo y práctica para cuando llegas de trabajar hambrienta (ya tu sabes)¡ah! y acompañadas por un "panecillo tremebundo" no están mal… No me seas impaciente… todo llega en Un Hervor 😉

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