Siempre me ha llamado la atención la zanahoria morada, supongo que por lo poco corriente frente a la de vivo color naranja. El caso es que en los mercados de Mallorca no es difícil encontrarla.

Curiosamente, me encanta la zanahoria cruda, pero nada la hervida, es más la evito a toda costa. Otra cosa es como parte de salteados y woks cortada en juliana.
El caso es que hace dos semanas estuve en Mallorca y, comprando verduras para unas muy anheladas sopas mallorquinas, vi un apetitoso manojo de zanahoria morada que no pude evitar comprar.

Para 2 personas

5 zanahorias moradas pequeñas

2 cebolletas medianas o 2 cebollas pequeñas

2 tiras de panceta
1 cucharadita de semillas de hinojo
2 cucharaditas de Ametlla + _1 o 2 almendras tostadas picadas junto con un trocito de tomate seco
1 cucharadita de aceite de oliva virgen extra
1 limón
½ cucharadita de pimienta

Ponemos a calentar una sartén a fuego vivo. Cortamos a tiritas la panceta y, con la sartén bien caliente, tiramos la panceta, removemos y bajamos a fuego medio.
Pelamos las cebollas y las cortamos a medias lunas finitas. Si la panceta no ha soltado mucha grasa añadimos la cucharadita de aceite y, a continuación, agregamos la cebolla y removemos.
Pelamos las zanahorias y troceamos en discos de no más de medio centímetro y las añadimos a la sartén. Vamos removiendo el contenido con el fin de que no se pegue, y que se mezclen bien los ingredientes.
Agregamos las dos cucharaditas de Ametlla + o la mezcla de almendra y tomate seco.
Ponemos en una sartén la cucharadita de semillas de hinojo y las tostamos a fuego vivo. Basta con tenerlas unos minutos, en los que daremos alguna sacudida y veremos alguna crepitar. Cuando estén listas, las añadimos a las zanahorias. Corregimos de sal, tapamos y bajamos el fuego.  Vigilamos y removemos de rato en rato.
Si nos gustan las verduras al dente, pasados 10 minutos estarán, mejor dejarlas unos minutos más en caso de que las preferais blanditas.